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Diabetes juvenil

Como padres tenemos inquietudes y dudas sobre el crecimiento y desarrollo de nuestros hijos, y cuando a esto le sumamos que nuestros hijos o hijas son niños con diabetes tipo 1, las inquietudes se convierten en temores y ansiedad, transmitiéndoles la idea de que no podrán realizar las actividades que los niños de su misma edad. La mejor forma es conocer más sobre diabetes tipo 1.

Es importante prestar atención al comportamiento de nuestros hijos y la presencia de síntomas cuando sus niveles de azúcar están elevados (hiperglucemia), como mucha sed, orinar con frecuencia, aliento a frutas y mucha hambre o síntomas cuando sus niveles de azúcar están bajos (hipoglucemia), como cansancio, sudoración, temblores, falta de coordinación.

Conociendo estos términos aprendamos a vivir con la diabetes, veámosla como un estilo de vida en el que debemos trabajar todos los días en:

• Seguir un plan de comidas o alimentación saludable que se elabora con usted y su médico o nutricionista.

• Realiza una actividad física durante 30 minutos todos los días.

• Inyectar su insulina según las indicaciones de su médico especialista.

• Medirse los niveles de glucosa en sangre todos los días. Se recomienda anotar los resultados en una hoja o cuaderno de registro.

• Revisar los pies diariamente para ver si no hay cortaduras, ampollas, llagas, hinchazón, enrojecimiento o si tiene dolor en las uñas.

• Cepillarse los dientes y usar hilo dental todos los días.

En cuanto la alimentación saludable, nuestros niños deben de tener una dieta balanceada que contenga los 4 grupos de alimentos:

1. Proteína: Les llamamos alimentos constructores, son los encargados de construir y reparar tejidos. Son excelentes para ayudarnos a dar sensación de saciedad y los podemos incluir en todos los tiempos de comida, siempre cuidando el número y tamaño de porción que nos indique él o la nutricionista. Entre ellos tenemos: carnes (rojas o blancas), huevo, leche, productos lácteos, vísceras o embutidos.

2. Carbohidratos: Los alimentos energéticos son fuente principal de energía, que se utiliza para el crecimiento y actividades diarias (jugar, aprender, etc.). Es importante conocer que hay dos tipos de carbohidratos, los complejos o de absorción lenta y los simples o de absorción rápida. Prefiramos en nuestra alimentación los de absorción lenta porque nos brindan un aporte constante de energía evitando las subidas o picos de azúcar en la sangre. Entre ellos pan integral, tortillas de maíz, cereales integrales, mosh o avena, frijoles, maíz, lentejas, garbanzos, yuca o ichintal.

También podemos consumir carbohidratos simples o refinados pero en menor cantidad por tener la característica de elevar los valores de azúcar en sangre; entre ellos, arroz, plátano, papa, güicoy, pan francés, pan cuadrado, panqueques, galletas, cereales inflados.

3. Grasas: También son alimentos energéticos, para los niños que están en etapa de crecimiento son importantes ya que proveen energía y ayudan a la absorción de vitaminas pero no debemos abusar de estas. Entre ellas están: margarina, aceite vegetal, mayonesa, aguacate, mantequilla, crema, queso crema, tocino, manteca vegetal, paté y papas fritas.

4. Frutas y verduras: Conocidos como alimentos protectores por el aporte de vitaminas, minerales y fibra que nos ayudan a prevenir enfermedades; por ejemplo: cítricos = vitamina C y ayudan a prevenir resfríos. Son ideales para aportar sensación de saciedad e incluirlos en las refacciones ya sea en casa o la lonchera, o un excelente postre después del almuerzo.

Si logramos manejar una alimentación balanceada de acuerdo a las necesidades, requerimientos y características individuales de nuestros niños, inyectamos la insulina como lo indicó el médico especialista y controlamos sus niveles de azúcar en sangre, nuestros hijos podrán tener el desarrollo y oportunidades que tiene los jóvenes de su edad.

Licda. Ericka Portillo